INFORMACIÓN ÚTIL SOBRE LAS HAMACAS
COMO TUMBARTE EN UNA HAMACA
El suave tejido de nuestras hamacas forma una fina red que se adapta ergonómicamente al cuerpo.
Las Hamacas mayas no son solo una bella muestra de artesanía, son también el lugar más cómodo para relajarse, leer, dormir, descansar…
Estas hamacas mayas no tienen soportes transversales de madera, por eso la trama del tejido se amolda al cuerpo dando una firme sujeción, siendo así más seguras y estables.
Son muy anchas, de esta forma puedes tumbarte en diagonal o transversalmente, manteniendo la espalda recta y protegida, información importante.
Esta es la postura ideal y adecuada, para dormir, tal como lo vienen haciendo los habitantes de la zona maya desde hace cientos de años.
NUDOS PARA HAMACA
El nudo del 8 es muy bueno para atar tu hamaca
Otros amarres que usan en Yucatan
Soga y amarre de hamacaOtra soga y amarre de hamaca
COMO LAVAR TU HAMACA
Las hamacas, (Las hamacas mayas en especial) deben lavarse a mano, nunca en lavadora, hay que usar un jabón suave, de lavado a mano y agua fría. Información importante, no usar lejía.
Es conveniente, la primera vez que se lave la hamaca, echar al agua un puñado de sal gorda o bien un chorro de vinagre, tanto la sal como el vinagre sirven para fijar los colores.
Para impedir que los hilos de los brazos se vayan a enredar se suelen juntar los dos extremos con una cuerda o un mosquetón.
Luego hay que extender la hamaca al sol para que se seque, las hamacas nunca deben guardarse mojadas porque el tejido se puede estropear.
Las hamacas de tela pueden lavarse en lavadora, siempre con agua fria y un jabón suave, aunque como nuestras hamacas son artesanales recomendamos lavarlas a mano preferentemente.
COLGAR UNA HAMACA
Colgar una hamaca es sencillo, bastan dos puntos de sujeción, que pueden ser dos árboles o dos ganchos en las paredes de una habitación, el espacio mínimo necesario, depende de las medidas de la hamaca, podemos estimar entre 3,5 y 3,9 metros.
La hamaca debe quedar bastante suelta y combada, nunca tensa o estirada, de esta forma tienes libertad de movimientos.
Las Hamacas son fáciles de transportar, ligeras, ideales para viajes, pues una hamaca maya pesa entre 0’75 y 3 kg. dependiendo del modelo elegido. En el camping, disfrútala con la suave brisa que se forma con el balanceo.
Al borde de la piscina, en el jardín, el fin de semana en el campo, en la playa, etc… Seguro que encuentras otros muchos lugares donde colgar tu hamaca.
Algunas personas cuelgan la hamaca en una pared de su casa, como elemento decorativo y cuando quieren usarla solo la extienden hasta la pared del extremo opuesto.
COMO SE TEJE UNA HAMACA MAYA
Las hamacas mayas están hechas en telar, a mano.
Para hacer una hamaca se usa un bastidor de madera formado con dos postes, unidos por dos listones, que se ajustan dando la medida del cuerpo de la hamaca.
La artesana, pues casi siempre es una mujer maya quien fabrica la hamaca, enrolla el hilo en una aguja de madera que se llama lanzadera.
Comienza tendiendo unos 15 o 30 hilos de un poste al otro, y luego, entrelazandolos con el hilo que de la lanzadera va “urdiendo” de un poste al otro, caminando y tejiendo, rodeando cada poste con el hilo al dar la vuelta y empezar una nueva línea.
Una vez terminado el cuerpo de la hamaca, en cada extremo, se van pasando los hilos que formarán los brazos, estos hilos se unen en las argollas o “muñequillas” que servirán para colgar la hamaca.
El secreto del gran peso que puede soportar una hamaca, de 100 a 300 Kgs, es la trama del tejido, esta no es como las redes de pescar hechas a base de nudos, ni es como el macramé.
En las hamacas mayas la trama no tiene nudos, todos los hilos se comunican, y por eso el peso se reparte entre toda la superficie de la malla, sin crear puntos de tensión.
HISTORIA DE LAS HAMACAS EN YUCATÁN
Hamaca se deriva de la palabra haitiana “Hamac” que significa árbol, hechas de filamentos de corteza de árboles las primeras hamacas fueron similares a redes para pescar con amplias aberturas y gruesos nudos.
Fue en la península de Yucatan (México), en el mundo mágico de la cultura maya donde nació este arte, siendo inventados nuevos tejidos para hacer una confortable malla donde descansar y disfrutar.
DESCRIBENLA CRONISTAS DE INDIAS
CRISTOBAL COLÓN
“…los que fueron de los navios a traer el agua dijeron al Almirante que habían estado en sus casas y que las tenían de dentro muy limpias y que sus camas y paramentos de casa eran como redes de algodón”
“…estas llaman en esta Española hamacas, que son de hechuras de hondas, no tejidas como redes, los hilos atravezados, sino los hilos a la luenga, van sueltos, que pueden meter los dedos, tajados con otros hilos tupidos como randas, muy bien artificiadas, de la hechura de los arneros que en Sevilla se hacen de esparto.”
” …Estas hamacas tienen un buen estado de cumplido o de largo, y a los cabos deste largo dejan, de los mismos hilos della muchas asas, y en cada una una braza de cada parte, y al cabo de todos ellos juntanse como en un puño, y deste puño de los postes de las casas los atan de ambas partes, y así quedan las hamacas en el aire y allí se echan, y como ellas sean las buenas de tres y cuatro varas y más en ancho, ábrenlas cuando se echan como abriríamos una honda que fuese muy grande, ponense atravesados como en sosquín, y así sobra de la hamaca con que cobijarse y porque no hace frio alguno, bastanles. “” Para quien usa dormir en ellas cosa es descansada, son muy limpias y para por los caminos, aun en Castilla los veranos, serían harto estimadas.”
GONZALO FERNANDEZ DE OVIEDO
No fue sino hasta 1537 cuando el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo en la Historia General y Natural de las Indias, islas y tierra firme del mar océano hace la primera descripción minuciosa de la hamaca.
..bien es que se diga qué camas tienen los indios en esta isla Española, a la cual cama llaman hamaca; y es de aquesta manera: una manta tejida en parte, y en partes abierta, a escaques cruzados, hecha red (porque sea más fresca). Y es de algodón hilado de mano de las indias, la cual tiene de luengo diez o doce palmos, y más o menos, y del ancho que quieren que tenga. De los extremos de esta manta están asidos e penden muchos hilos de cabuya o de henequén (…)
Aquestos hilos o cuerdas son postizos e luengos, e vanse a concluir cada uno por sí, en el extremo o cabos de la hamaca, desde un trancahilo (de donde parten), que esta fecho como una empulguera de una cuerda de ballesta, e así la guarnescen, asidos al ancho, de cornijal a cornijol, en el extremo de la hamaca. A los cuales trancahilos ponen sendas sogas de algodón o de cabuya, bien fechas, o del gordor que quieren; a las cuales sogas llaman hicos (porque hico quiere decir lo mismo que soga, o cuerda); y el un hico atan a un árbol o poste, y el otro al otro, y queda en el aire la hamaca, tan alta del suelo como la quieren poner.
E son buenas camas e limpias, e como la tierra es templada, no hay necesidad de ropa encima, salvo si no están a par de algunas montañas de sierras altas donde haga frío (…) Pero si en casa duermen, sirven los postes o estantes del buhío, en lugar de árboles, para colgar estas hamacas o camas; e si hace frío, ponen algunas brasas, sin llama, debajo de la hamaca, en tierra o por allí cerca, para se calentar.
LO COTIDIANO Y LO RITUAL EN LAS ARTESANIAS YUCATECAS
Introducción
Cuando hablamos de artesanías, nos referimos por lo general a productos que difieren por la forma en que han sido producidos, por la significación que les atribuimos, por el tipo de uso que les damos, por la tradición que suponemos representan, etc.
Puede decirse de manera general, que un artesano es una persona que trabaja principalmente con sus manos, con instrumentos más o menos sencillos y que en cada objeto elaborado, materializa su tradición, información ingenio y creatividad.
Antes de la llegada de los españoles, los mayas de la península de Yucatán exportaron y comerciaron con productos elaborados localmente entre los que sobresalen por su belleza, las mantas de algodón, famosas en toda Mesoamérica.
Fray Bartolomé de las Casas dice del cargamento que llevaba la canoa tripulada por mayas y encontrada por Colón, que consistía aquel de
“muchas mantas de algodón pintadas de diversos colores y labores y camisas sin mangas también pintadas y labradas, y de los almaizares con que cubren los hombres sus vergüenzas, de las mismas pinturas y labores.“
ARTISTAS MEXICANOS
Por su habilidad y talento sobresalían también en la época prehispánica, los albañiles y los canteros, artífices de esos imponentes y exquisitamente decorados edificios que llaman hoy la atención no sólo por su monumentalidad sino también por la sabiduría con que fueron construidos para hacer posibles los fenómenos de “luz y sombra”: las hierofanías o manifestaciones de la divinidad y sus maravillosos poderes.
SOCIEDADES DE ARTESANOS
Las sociedades de artesanos por excelencia se dieron en la Europa de los siglos XII a XVI cuando formaron sus organizaciones profesionales llamadas gremios y establecieron reglamentos muy detallados que especificaban el número de artesanos, estos es, aprendices, oficiales y maestros que podía incorporar cada gremio, la manera de trabajar y presentar los productos las normas del aprendizaje del oficio, información de la cantidad tope de productos que podía elaborar el gremio, el tipo y calidad de materiales que estaban obligados a utilizar etc.
Surgieron así, los gremios de plateros, cereros, carpinteros y ebanistas, pasamaneros, panaderos, zapateros, carroceros, caldereros, entre muchos más que agrupaban a los profesionales de cada uno de los citados oficios.
Era la época del “orgullo profesional”, cuando ningún artesano se atrevía a entregar a su clientela un producto defectuoso ni exigir un precio injusto.
LA COLONIA
La llegada de los españoles a América nos trajo también el sistema de organización gremial por oficios. En la ciudad de México gremios como el de plateros y doradores gozaban de un prestigio considerable. Participan por ejemplo, en posiciones conspicuas durante las procesiones de las fiestas de Corpus Christi, escaparate de la estratificación social de la Nueva España.
En Yucatán, como en otros lugares de la colonia, los gremios se acoplaron a las distinciones raciales establecidas a pocos años de la conquista.
“… los españoles asumieron el prestigioso trabajo de los metales. La producción de imágenes de santos, retablos y otras labores en madera, parece haber sido también su monopolio, sin llegar a excluir totalmente a los mayas, mientras que las castas controlaban el resto de las industrias artesanales, desde la sastrería hasta los trabajos de forja”.
ARTESANÍA LOCAL
La mayor parte de la demanda de artesanía local especializada era generada básicamente al igual que en los tiempos prehispánicos por el ceremonial religioso.
Durante la colonia, quizá los únicos oficios de tiempo completo, en manos de los mayas, fueron la albañilería y la cantería. Los especialistas de estos oficios estuvieron en esa época bastante bien pagados.
De esta manera podemos observar cómo
“… toda la península está salpicada de monumentos debido a su diestra ingeniería y al sobrio arte de los canteros que tallaron las fachadas, las cornisas, las pilas bautismales y otros elementos de piedra para el interior de las iglesias»
Sin embargo en la mayor parte de las comunidades campesinas, no existían especialistas de tiempo completo. Seguramente cada pueblo tuvo carpinteros, sastres, canasteros, cereros, canteros, etc., pero todos ellos combinaban el trabajo artesanal con la agricultura de milpa.
LA INDEPENDENCIA
Después de la Revolución, el nacionalismo mexicano, incluyó como elemento importante de su ideología, el rescate de la civilización prehispánica y la revaloración de algunos aspectos de la vida y cultura de los grupos étnicos de nuestro territorio.
Así, poco o poco la noción “artes e industrias populares” pasó a denominar técnicas, conocimientos y habilidades tradicionales para elaborar productos de consumo principalmente campesino y rural.
ARTE Y ARTESANIA
En los setentas, el gobierno mexicano a través de algunas instituciones, diseñó y aplicó políticas de fomento de artesanías. De esta forma, productos tan diversos como las charolas y baúles de laca, los canastos de junco y los cestos de bejuco, los huipiles y las blusas bordadas, los cántaros y tinajas de barro, los aretes de oro y plata, de distintas regiones y comunidades del país pasaron a ser todo ellos, artesanías.
Con el crecimiento de la industria mexicana desde fines del siglo pasado, poco a poco, los productos elaborados artesanalmente fueron lentamente sustituidos.
Las fábricas textiles, por ejemplo, empezaron a producir hilos y tejidos más rápidamente y a menor costo que los telares de cintura.
LA ACTUALIDAD
Así, en Yucatán, las cordelerías fueron sustituyendo el corchado del hilo de henequén para hacer hamacas, aunque todavía en algunas comunidades se lleva a cabo el corchado manual y aún no se conoce maquinaria capaz de producir las finas hamacas yucatecas que son hasta hoy un producto elaborado a mano, esto es, genuinamente artesanal.
Los objetos de barro para acarrear agua y cocer alimentos fueron reemplazados por el peltre (“porcelana”) y el plástico, las canastas de bejuco y las bolsas de henequén han cedido casi totalmente su lugar a las bolsas de materiales sintéticos, las sandalias de cuero resienten la introducción del calzado femenino de plástico, etc.
y EN YUCATÁN…
Pero en el oriente de nuestro estado el ritmo de cambio parece ser más pausado. La sustitución de la artesanía en la vida cotidiana, festiva y ceremonial de las comunidades no es del todo un hecho consumado.
Además, algunos productos artesanales de uso cotidiano y ceremonial así como la tradición tecnológica e información que permite su confección, se han acoplado, en algunos casos, de manera ingeniosa y creativa a las demandas del turismo y de las clases medias urbanas.
En el territorio que ocupan la ciudad de Valladolid y comunidades mayas que la rodean, encontramos una región con una fisonomía cultural característica.
RASGOS CULTURALES
Entre los rasgos culturales que contribuyen a singularizar esta zona tenemos: el cultivo de maíz de milpa combinado con el trabajo migratorio y el trabajo artesanal como estrategia principal para obtener ingresos familiares, el uso de la lengua maya en la vida familiar y comunal, la validez del parentesco consanguíneo y ritual como principio nodal de las relaciones sociales, la vigencia de una cosmovisión anclada en principios mágico–religiosos como mecanismo relevante de integración comunitaria y de información y resolución de conflictos personales, familiares y colectivos.
REGIÓN CULTURAL
Los municipios que integran esta región cultural son: Cuncunul, Chan Kom, Chemax, Chichimilá, Kaua, Tekom, Temozón, Tinum, Tixcacalcupul, Uayma y Valladolid. La población total de esta zona ascienda a 97,839 habitantes.
Esta obra presenta algunos de los resultados de investigaciones llevadas a cabo en esa área por personal del Centro INAH Yucatán.
El proyecto “Los procesos de trabajo de las artesanías y sus perspectivas de desarrollo en la zona de Valladolid, Yucatán”, financiado por el Conacyt abordó el estudio y la información de varios géneros artesanales.
Aquí presentamos el trabajo de Carmen Arceo y Armando Morales sobre urdido de hamacas.
Ella F, Quintal
HAMACAS EN YUCATÁN
Armando Arceo Vargas
Carmen Morales Valderrama
Introducción
La hamaca no es sólo un objeto de descanso, típico del trópico mexicano. Para quienes la elaboran y la utilizan dentro de su cultura cotidiana tiene muchos más usos y significados.
En comparación con las hamacas que se producen en otros estados de la República, la yucateca tiene un tejido más cerrado y consistente, aspectos en los que es determinante la tradición artesanal de la región.
En cuanto a su uso entre la población de la península de Yucatán, éste está generalizado en las comunidades rurales como único medio para dormir.
En ciudades como Mérida, Campeche y Cancún una buena parte de la población alterna en su descanso cotidiano el uso de la cama durante la época de frío y el de la hamaca en los meses más calurosos. Respecto al origen de la hamaca, cabe señalar que los especialistas lo sitúan en el Caribe, ya que antes de la llegada de los españoles, en la Península se dormía en camas de esteras de palma y varas .
LA COMUNIDAD DE TIXCACACUPUL
Tixcacalcupul se sitúa en el extremo sur-oriental del estado de Yucatán, en colindancia con el de Quintana Roo.
Según el Censo de 1990, la población de Tixcacalcupul asciende a 1891 habitantes. En la mayoría de las familias se combina el trabajo en la milpa con la elaboración de dos artesanías: el bordado de huipiles y el urdido de hamacas.
Según relatan los viejos de la comunidad, desde inicios del siglo XIX cada familia elaboraba sus propias hamacas con instrumentos que eran obtenidos del monte por sus integrantes, utilizando las fibras procedentes de dos agaves regionales: el ki o henequén (Agave sisalana Perr) y elche elem (Agave fourcroides).
Alrededor de los años sesenta, esta manera de hacer hamacas fue perdiendo importancia debido a la generalización de otras materias primas que resultaron más adaptadas para su venta al turismo y para el uso de la propia gente de la región.
Estos materiales fueron, primero, el hilo de algodón o cáñamo y después el hilo de nylon.
Junto con la transformación de las materias primas y la información surgieron cambios en los instrumentos utilizados para urdir las hamacas, en el interior de las familias que las elaboran y en la mayor importancia comercial que ha adquirido su producción.
LA HAMACA ANTES DE 1950
En la primera mitad de este siglo y aun antes, la elaboración tradicional de una hamaca implicaba el conocimiento y manejo de la selva baja característica de Yucatán, de dónde se extraían todos los elementos necesarios para su fabricación.
La fibra más utilizada era la de kij o henequén que se sembraba preferentemente en los solares de las casas. El periodo de crecimiento normal de la planta fluctuaba entre cinco o seis años, a partir de los cuales ya se podían hacer cortes para el aprovechamiento de la misma.
Una vez realizada la selección y cosecha de las hojas, se procedía a rasparlas utilizando para ello el buroché o el pakché, dos instrumentos que prácticamente han desaparecido (Ver ilustraciones).
RASPADO
El proceso de raspado consistía en sacarle el jugo a la hoja de henequén quedando sólo la fibra. Posteriormente ésta se peinaba y se ponía a secar de manera que los rayos del sol cayeran de forma pareja sobre ella y el secado fuera rápido y uniforme. Para fabricar el hilo con el que se elaboraban las hamacas había que corchar esta fibra.
PEINADO
El instrumento con el que se corcha el henequén de manera totalmente manual, hasta ahora se denomina k’ewel. Este se fabrica con un pedazo de corteza del árbol llamado ya’axché (Ceiba pentandra L.) y un cordel de henequén de aproximadamente un metro de largo.
En el extremo superior se observa un pedazo de vil. La posición de las manos indica como se hace girar la fibra de henequén para irla corchando
Completando el instrumental se encuentra el bil, nombre que se da en lengua maya a la ceniza vegetal compactada, de forma redonda y consistencia porosa y de fácil desprendimiento, que se utiliza para mantener secas las manos mientras se realiza el proceso de corchado del agave que lo convertirá en hilo.
BASTIDOR
El bastidor es el siguiente instrumento fundamental para la hechura de una hamaca. Durante el periodo que se está reseñando se cortaban del árbol del tsai-tsa’ (Neomillspiughia emarginata) ocho varillas, lo más rectas posibles, de una longitud aproximada de dos metros de largo. Estas varillas se utilizaban clavándolas en el suelo, formando una estructura cuadrada en posición horizontal que servía de base y sobre la cual se urdía.
AGUJAS
Las agujas para urdir se hacían de la madera de los árboles llamados bojom (Cordia gerscanthus L.), chacte’ (Sweetiepanamensis), subinche’ (Platymiscium yucatanum St.) o ciruela (Spondia lutea).
Otros elementos de la naturaleza que se usaban en este proceso son: las hojas de ciricote (Cordia dodecandra), utilizadas como lija para pulir la superficie de la madera del tsai-tsá, sobre la que se urdía la hamaca y la resina de cedro (Cedrela mexicana Roem.) que servía para que las personas que comenzaban a corchar la fibra del agave, se la untaran en las manos como protección para aminorar las ampollas.
PROCESO FAMILIAR
La participación de todos los integrantes de la familia en la elaboración de hamacas era más evidente en el proceso del corchado, ya que la obtención de las materias primas y fabricación de los instrumentos de trabajo recaía en el jefe de familia y en los hijos mayores. Para corchar casi siempre se prefería trabajar antes de que saliera el sol debido a que el fresco y la humedad de la mañana le da mayor maleabilidad a la fibra.
TECNICA
CALIDADES
Por su calidad se dividían en finas y gruesas y por su tamaño en chicas, medianas y grandes. La calidad de una hamaca dependía del tipo de fibra con la que se hacía el hilo, siendo al corcharse, a mayor presión mejor consistencia y finura adoptaba el hilo.
Una hamaca hecha con hilo grueso, que se desbarataba o rompía después de unas cuantas lavadas, era una hamaca de mala calidad. Sin embargo se vendían hamacas llamadas “gruesas” de buena calidad. Se les denominaba de esta forma porque el grosor del hilo era mayor que el de las llamadas hamacas “finas”.
PESOS
Las hamacas chicas eran elaboradas con cuatro libras de hilo (2 kg.), dos que se utilizaban en el urdido y dos en la confección de los brazos. Las medianas se urdían con cinco libras (2.5 kg.), tres para el urdido del cuerpo y las otras dos libras para los brazos. Las hamacas grandes eran hechas con más de cinco libras.
COMERCIALIZACION
Según los habitantes de la comunidad, la comercialización de hamacas no existía antes de 1915. Después de esta fecha, podemos hablar de un tipo de comercialización regional, a través de intermediarios que se encargaban de venderlas entre los diferentes poblados del oriente del Estado.
Las comunidades que sobresalían por su buena producción de hamacas eran Tixcacalcupul, Chichimilá y Chemax. Las personas que atravesaban dichas poblaciones para ir a trabajar en la cosecha de chicle al territorio de Quintana Roo, fueron las primeras que empezaron a comercializar las hamacas.
LOS CHICLEROS
Las monedas que circulaban en ese momento eran la libra esterlina (oro), el caballo –el sol y el 0720 (plata pura). El precio que un intermediario le pagaba directamente a un productor por una hamaca mediana fluctuaba entre $1.50 y $1.00; después esta hamaca se vendía en cualquiera de las poblaciones chicleras a $2.00 o $2.50.
La periodicidad con que los intermediarios visitaban a quienes urdían hamacas, era fijada por estos últimos, quienes, en contraste con lo que sucede en la actualidad, tenían ésta como una actividad complementaria y conservaban el control de su producción.
El comercio de hamacas hechas con hilo de agave se dio aún en la segunda mitad del siglo XX, sin embargo su demanda fue siendo cada vez menor hasta casi desaparecer.
DE LOS AÑOS 60 HASTA LA ACTUALIDAD
Ya en la segunda mitad del siglo veinte, con la introducción del hilo de algodón y el de nylon, que trae aparejada la creación de nuevas puntadas para urdir y la aparición del color como un elemento fundamental del diseño de una hamaca; con el cambio en el tipo de bastidor y la apertura del mercado nacional e internacional, el proceso de producción de la hamaca se redefine totalmente.
Al no depender del conocimiento y manejo del medio natural para la obtención de las fibras y de los instrumentos de trabajo, una de las primeras transformaciones es que, en términos generales, el hombre deja de participar en la elaboración de las hamacas, quedando así como una actividad predominantemente femenina.
Es la mujer de la casa la que va a decidir, en base a las condiciones económicas del hogar y de su disponibilidad de tiempo, cuándo se elabora una hamaca y si ésta tendrá un fin comercial o será para autoconsumo.
La antigua técnica del urdido de hamacas con bastidores en posición horizontal se abandona, adoptándose un tipo de bastidor vertical que se puede transportar con relativa facilidad de una habitación a otra y quien ocupa menos espacio en la vivienda (ver ilustración y fotografía).
HILO DE ALGODON
Con la introducción del hilo de algodón o cáñamo, además de la diversificación de colores, se da paso al surgimiento de una gran variedad de puntadas o variaciones en la forma de urdir. Al oriente se detectaron hasta once de éstas, siendo las más comunes las llamadas “gota de agua”, “biscotelas”, “perritos” y “pepita”.
En cuanto a la forma de obtención de la materia prima, el dinero pasa a ser el elemento indispensable para iniciar el ciclo de producción, dando lugar con ello a una dependencia de las familias más pobres hacia los intermediarios que les proporcionan el hilo que no pueden adquirir por sí mismos.
NUEVOS BASTIDORES
Ahora bien, al seguir la historia reciente de Tixcacalcupul, destaca la importancia que tuvieron en los cambios técnico reseñados, tanto la acción de instituciones como las Misiones Culturales de la Secretaría de Educación Pública quienes enseñaron a las mujeres del pueblo a urdir con bastidores en posición vertical y con hilo de cáñamo (1964).
Como los propios intermediarios que crearon una demanda permanente de hamacas para venta, contribuyendo así a fortalecer la elaboración de esta artesanía como una actividad de subsistencia que es básica para numerosas familias del pueblo.
La desigualdad económica que caracteriza a las comunidades rurales de Yucatán y que se vio acentuada con la irrupción del Huracán Gilberto (1988) influye en los diferentes tipos de hamaca que se elaboran hoy día.
Generalmente lo que el urdidor entrega es el llamado “cuerpo” de la hamaca, que en maya se denomina wíinkal y el intermediario termina la pieza agregando los “brazos”, u k’ab en maya, y los ojillo cuyo nombre maya es yiich. Este tipo de producción se le paga al productor a destajo, o sea por pieza entregada.
LOS USOS DE LA HAMACA
Un repaso de los usos más importantes que se dan a la hamaca en el medio rural aún hoy día, nos permite introducirnos en la vida cotidiana de las comunidades y darnos cuenta de cómo este objeto es punto de confluencia de su vida social. Estos usos son:
– para la reproducción humana
– como mesa de parto
– cuna
– auxiliar de cacería
– instrumento de curación
– recurso para desgranar
– medio de descanso
HAMACA DE BODA
Con respecto a la hamaca como lugar de reproducción humana nos limitaremos a mencionar que, entre algunas familias del área rural, se acostumbra que en las vísperas del matrimonio, la futura esposa urda una “hamaca grande” para compartirla con su marido después de la boda.
MESA DE PARTO
Para las personas de la ciudad puede parecer increíble que una hamaca pueda usarse como mesa de parto, pero para la gran mayoría de las mujeres de los pueblos quienes por generaciones han nacido, visto crecer y morir a su familia en una hamaca, es lo más natural.
Las parteras del medio rural, al igual que las mujeres embarazadas, opinan que dar a luz en una hamaca es mucho más cómodo que en una cama. El primer argumento que utilizan es con respecto a la adaptabilidad de la hamaca a su cuerpo ya que en el momento del parto, la embarazada tiene de donde agarrase para hacer fuerza.
Por otro lado, para una mujer embarazada es mucho más cómodo acostarse y levantarse de una hamaca que de una cama debido a que la primera, además de ser mucho más fresca, puede colocarse a la altura que se desee.
CUNA
El utilizar la hamaca como cuna es una costumbre bastante común, aun fuera del medio rural. Esto se debe a las características propias de la hamaca, a la que se le puede subir las orillas por medio de un nudo convirtiéndolo así en un lugar seguro y fresco para los niños.
De esta manera se les sitúa, al mismo tiempo, lejos del suelo y de los animales. Además de todas las ventajas antes mencionadas, la utilización de la hamaca como cuna le permite a la madre sentarse junto a su niño y mecerlo, lo cual hasta ahora no se puede hacer en ninguna cuna convencional.
CACERÍA
La hamaca como auxiliar de cacería también desempeña un papel muy importante, ya que como sabemos esta actividad forma parte de las estrategias de sobrevivencia de las familias en el medio rural.
La cacería la realizan de dos diferentes manera: una es la llamada “hacer la batida” y la otra “ir a espiar”. Esta última se lleva a cabo durante o un poco después de los meses de lluvia y consiste en encontrar algún lugar donde, de forma natural, se haya almacenado agua; cerca de allí, el cazador elige un árbol para esperar a su presa.
Así las cosas, puede colgar su hamaca entre las ramas de los árboles para hacer más soportable la espera.
OSTEOPATIA
La técnica en donde se utiliza la hamaca como instrumento para curar algunos dolores de espalda, por desgracia no es muy difundida.
Sin embargo algunas familias la utilizan y consiste en enrollar la hamaca alrededor de la parte adolorida de la persona (quien se encuentra de pie) y jalar los extremos de la hamaca para que esta haga presión.
Tenemos información de que las familias que han utilizado la hamaca de esta forma opinan que con la presión, los huesos regresan a su lugar.
DESGRANAR
En Yucatán, al igual que en el resto del país, la alimentación se basa en el consumo de granos, principalmente maíz y frijol.
Las hamacas hechas con las técnicas antiguas, o sea las de henequén permiten desgranar de forma más rápida y con menos dificultad que con las manos.
La técnica consiste en colocar al interior de la hamaca lo que se desea desgranar, cerrarla bien y golpearla con un palo, de forma tal que los granos van cayendo al suelo y la cáscara se queda en la hamaca.
En la actualidad no muchas familias recurren a esta estrategia, debido a que no poseen hamacas gruesas como las de antes y las actuales corren el riesgo de romperse.
ASIENTO
El utilizar la hamaca para sentarse es también una antigua costumbre en el medio rural.
Las familias de menos recursos por lo general sólo cuentan con una mesa y dos o tres sillas y en algunos casos ni siquiera disponen de estas cosas, ya que por tradición se sientan en banquillos, sobre todo a la hora de la comida que se realiza en torno a una pequeña mesa de tres patas y junto al fogón donde se hacen las tortillas.
Debido a las costumbres antes descritas, las sillas casi nunca son suficientes para todos los miembros de la familia y menos para las visitas, por lo tanto se recurre a las hamacas como asiento además de que son mucho más cómodas.
El hecho de que la llegar una visita se le ceda una silla o un banquillo es una muestra de cortesía y amabilidad, pero el que se le ofrezca una hamaca va más allá de eso, casi siempre significa un gesto de confianza y aceptación por parte de los anfitriones.
OTROS USOS
Además de todos los usos que se han mencionado, uno de los más importantes sigue siendo el utilizar la hamaca para descansar, cómodamente toda la noche, a este respecto, las personas ancianas opinan que las hamacas hechas con hilos de agave son mucho mejores que las de algodón o fibras sintéticas, ya que estas últimas en la época de calor son muy calientes y en la de frío son muy frías.
Además, debajo de las hamacas de nylon no pueden colocarse pedazos de leña medio prendidos para dormir con temperatura agradable, ya que corren el riesgo de que con el calor se derrita la fibra sintética y la persona se caiga de la hamaca, como le ha sucedido a algunos.
COMENTARIOS FINALES
Como se ha visto, la hamaca es una de las artesanías yucatecas más importantes, tanto por el número que se produce y se distribuye al interior del país y fuera de éste, como por la población involucrada en su hechura conformada principalmente por mujeres, niños y ancianos.
Desde mediados de este siglo se constatan cambios importantes en las técnicas de producción de las hamacas y el tipo de colocación que tienen en el mercado. Ello da lugar a que la hamaca pase de ser una artesanía estrechamente ligada a los conocimientos de la familia campesina sobre su medio natural y a su habilidad para manejarlos a un objeto que se produce dependiendo de las condiciones que fijan los intermediarios de manera inmediata y del mercado, que es el contexto más amplio en el cual se colocan las artesanías.
Sin embargo, se conserva una dualidad que distingue a las artesanías y que en muchas ocasiones las rescata de ser convertidas en objetos de maquila.
Paralelamente a las hamacas comerciales, en el ámbito familiar se siguen produciendo otras en las que el ingenio para obtener las herramientas y materias primas, es el primer ingrediente; a éste se añade el buen gusto de que hacen gala los artesanos para combinar colores y “puntadas” y se culmina con ese uso creativo reseñado líneas arriba, que renueva cada día la pertenencia de la hamaca a la cultura rural de Yucatán.
Bibliografía
Universidad Autónoma de Yucatán
Centro de Investigaciones Regionales “Doctor Hideyo Noguchi”
Unidad de Ciencias Sociales
Dirección General de Desarrollo Académico
Bibliografía e información
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